A lo largo de 20 años de investigación y acompañamientos a personas a través de la creación, Anna Carlota Fernández ha comprobado que lo verdaderamente terapéutico en la consulta recae en la presencia, el contacto genuino y la expresión libre:

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Más allá de cualquier metodología, es el vínculo entre terapeuta y paciente lo que sostiene el proceso y ayuda atravesar las dificultades que cualquier ser humano debe enfrentar a lo largo de su vida. Y es que, tal y como plantea la psicología del desarrollo o las teorías del apego, la génesis de nuestras heridas y también de nuestra capacidad de sanación se encuentra en nuestros primeros años de vida y en los vínculos primarios. Revisarlos y regenerar el sentido de nuestra relación con nosotros mismos y con los demás es un proceso profundo, delicado, creativo y de gran belleza que implica el cuerpo, las emociones y la reflexión.

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El vínculo que terapeuta y paciente tejen cuidadosamente sesión a sesión supone la oportunidad de resignificar lo aprendido y reconocer numerosas partes internas saludables que están a nuestra disposición, aunque muchas de ellas se encuentran ocultas en nuestro inconsciente.

Para que esas partes sanas puedan emerger necesitamos un ambiente adecuado y seguro. Sólo cuando sentimos el vínculo seguro (no amenazante) podemos expresarnos en libertad y experimentar tanto el dolor como el placer de forma plena e integrada. Esta integración nos dirige hacia la recuperación de nuestra vitalidad y bienestar psico-emocional, físico y vincular.

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Para que el vínculo sea consistente y permita realizar un proceso profundo de transformación es necesario que la/el terapeuta esté en contacto con sus propias emociones, tenga herramientas de autorregulación, cuente con vastos, actualizados y variados conocimientos teóricos de psicoterapia y psicología, y domine el funcionamiento de diversos métodos terapéuticos para poder adaptarse de forma fluida a las necesidades del/la paciente momento a momento. 

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En cada encuentro, pues, conversamos, creamos, reflexionamos y exploramos juntos/as poniendo especial atención en la respuesta emocional hacia aquello que vamos descubriendo.

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A veces las palabras no son necesarias, a veces sí.

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Lo que siempre es necesaria es la conexión, la escucha corporal y la confianza en el proceso.

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Anna combina conocimientos de psicopatología, psicoanálisis relacional, psicoterapia humanista, 

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La sensibilidad, el rigor y la experiencia con la que cuenta Anna Carlota la convierten en una de las arte psicoterapeutas más consolidadas y competentes del panorama nacional especializada en consulta privada de largo recorrido.​​​

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